Dr. Samuel Pinya Fernández, profesor del departamento de biología de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), especializado en la investigación aplicada a la gestión y conservación de la biodiversidad.
Para empezar, y como se suele decir, empecemos por el principio. ¿Qué te impulsó a realizar la carrera de biología? ¿Cuáles fueron tus motivaciones?
Fue un cambio en mi forma de pensar en 24 horas. Yo quería estudiar INEF, y cuando estaba planificándolo todo, vinieron de la UIB al instituto a explicarnos las carreras que había para preinscribirnos. A la hora de preinscribirme y hacer todo el papeleo, no me veía toda la vida en ligado al mundo del deporte. Al final cambié. No me había dado cuenta que tenía metida la biología desde chiquitín, por mi padre, por mi abuelo, por mi abuela… Estábamos siempre que podíamos en el campo, rodeados de naturaleza, y yo era más que feliz allí. Al hacer la preinscripción me di cuenta de que era realmente lo mío. También, en parte por un profesor de Geología que tuve en tercero de BUP, que me enganchó a las ciencias naturales. Tirando de la experiencia familiar que tenía, el cambio drástico que pegué, la influencia de este profesor, decidí hacer Biología. Y creo que es la mejor decisión que he tomado nunca.
Durante el transcurso de tu formación universitaria, ¿cómo compaginabas el trabajo y los estudios?
Por suerte, el trabajo no era para pagar la matrícula, ya que mis padres me podían ayudar. Al cursar primero de Biología, vi que las cosas se movían por fuera de la universidad, no aparecía todo en ella, me quedaba corto. Así que empecé a trabajar en un parque zoológico durante los fines de semana y los días que no tenía clase. Allí, comencé a tener más experiencia laboral relacionada con los estudios que estaba cursando. Estuve los cuatro años siguientes, hasta que acabé la licenciatura. Durante este tiempo, participé en numerosos proyectos de conservación de especies, incluso creamos un centro de recuperación que hoy en día es el referente autonómico en la recuperación de fauna silvestre. Fue una experiencia que me sirvió mucho, ya que al acabar la carrera ya había conocido el mundo laboral. Eso me abrió las puertas, ya que al acabar la licenciatura ya sabía hacia dónde tirar, empezar a trabajar de manera remunerada y crecer como profesional.
¿Crees que la carrera debería estar más asociada con el trabajo?
Creo que tendría que ser en cierta manera como una formación profesional, pero con mayor carga docente, y unos niveles formativos más elevados. Los estudios de Biología tiene bastantes prácticas, pero los alumnos deberían, por lo menos, a lo largo de 2-3 meses al año, trabajar lo que han estado estudiando ese curso. Tal vez, yo reduciría la carga teórica, e incrementaría la parte práctica en empresas, centros de investigación, administración, etc. Los estudiantes cuando acaban el grado, no han trabajado y desconocen en gran medida cómo es el mundo laboral.
Desde mi punto de vista, las prácticas externas que están incluidas en los contenidos del grado deberían ser obligatorias, actualmente no lo son. No debemos olvidar que los estudiantes eligen realizar unos estudios universitarios que les permitan en un futuro conseguir un trabajo que les permita realizarse como persona y como profesional.
Aparte de profesor en el departamento de Biología de la UIB, tienes bastantes frentes abiertos. ¿En qué estás trabajando actualmente?
Uf, difícil de decir. Trabajo en lo que se puede, todo depende de la financiación. Me he movido durante muchos años sin dinero, así pues, estoy intentado adaptar mi investigación a la falta de recursos. Trabajo con varias líneas de
ecología terrestre, básicamente me dedico a hacer investigación aplicada a la gestión y conservación de la biodiversidad; centrada en anfibios y reptiles, aunque colateralmente trabajamos con otras especies, como mamíferos o lepidópteros. Paralelamente, intentamos establecer sinergias entre investigadores de diferentes áreas de conocimiento como la bioquímica, la zoología, la botánica o la genética. Trabajamos, por ejemplo, con el área de Bioquímica de la UIB en la disciplina de la Bioquímica Ecológica, uniendo los intereses de ambas disciplinas y realizando estudios ciertamente novedosos.
Otra línea de mi trabajo está enfocado al desarrollo de productos aplicados al turismo de naturaleza, ayudar a las administraciones a poner en valor el territorio desde un punto de vista de la biodiversidad. Un ejemplo es el proyecto que se realizó hace años con el Ayuntamiento de Calvià, llamado Calvià Birding, que con los años ha evolucionado a Plus Calvià (www.pluscalvia.com). Este proyecto consistió en la realización de una gran base de datos sobre Biodiversidad y Patrimonio Histórico en el que a partir de los filtros en los buscadores dela plataforma web se podría extraer información como la diversidad y abundancia de aves en determinadas rutas del municipio a lo largo de cada uno de los meses del año.
Últimamente estamos trabajando en el establecimiento de vínculos empresa-universidad para la realización de convenios dirigidos a la gestión para la conservación de la Biodiversidad. Por ejemplo, el año pasado firmamos un convenio con la cadena hotelera Ferrer Hotels, la cual mediante las acciones de responsabilidad social corporativa, invertía una cantidad anual en financiar los estudios de ecología de conservación del ferreret (Alytes muletensis) que realizamos en la UIB.
A nivel laboral, entre otras cosas, has sido técnico de espacios naturales en la administración ambiental de las Islas Baleares, también has fomentado, como has dicho, el ecoturismo en tu municipio con iniciativas como Calvià Birding. Es decir, has tenido que tratar con políticos. ¿Cómo crees que ven ellos la ecología? ¿Es complicado tratar con ellos? Entendiendo que son personas que están fuera del entorno científico.
Ahí está, independientemente de que sean políticos o no, este problema lo podría tener casacón todo hijo de vecino. Es una cuestión cultural. En España no tenemos esa conciencia ecológica que tal vez pueden tener los algunos países anglosajones o nórdicos. Nos falta mucho para llegar a tal nivel de sensibilización. En España cuando se habla de medioambiente, lo primero en lo que se piensa es en
los animales de compañía, en los residuos que generamos, en la eficiencia energética, etc… Lo primero que viene a la mente es conceptos y temáticas relativas a la ecología estrictamente urbana. Por lo que todo lo que no está en las ciudades, no tiene la misma importancia. Estamos fijándonos sólo en una pequeña fracción de la Biodiversidad que nos rodea.
Hace un tiempo, se realizó un estudio por parte del IMEDEA-UIB, en el que se comparaban los conocimientos sobre la fauna que tenían los estudiantes de secundaria de dos comunidades autónomas de España, una de ellas era las Islas Baleares. Se pudo observar que los estudiantes reconocían más aquellas especies de animales que salen en los documentales que la fauna que tenían en su propia comunidad autónoma. Esto nos muestra que aún queda muchísimo por hacer. De nada sirve invertir recursos en la gestión para la conservación de la Biodiversidad si los ciudadanos desconocen sobre qué especies se está actuando.
No debemos olvidar que la clase política es un reflejo de la sociedad, y tampoco hay que demonizar a nadie. Si queremos que nuestros políticos estén a la altura y tengan una mayor consciencia ambiental deberemos apostar por mejorar la educación de la sociedad en su conjunto. Y respondiendo a tu pregunta, personalmente he tratado con muchos políticos, de todos los colores, y he llegado a la conclusión que los hay muy bien preparados y otros que no tanto. Con unos te llevas mejor que con otros, pero del mismo modo que te puedes llevar mejor o peor con tus vecinos o con los compañeros de trabajo. Simplemente hay que intentar empatizar con ellos, y entender que es lo que les motiva y porqué, y al final puedes tratar con toda normalidad, tratándolos de igual a igual.
Para contextualizar a los lectores, en Baleares hay un boom turístico como nunca, eso ha conllevado una masificación de la demanda de nuestros recursos. El gobierno de las Baleares ha promovido el impuesto turístico (ecotasa). ¿Cómo ves la implantación del impuesto?
Lo veo bien. En los países a los que he viajado ya existen tasas similares. En su momento cuando se aprobó la primera Ecotasa, hubo bastantes problemas en la implantación, y sólo duró una legislatura. Ahora se ha vuelto a implantar, y esperemos que se quede. Se trata de un impuesto que debería tener unos objetivos finalistas: minimizar el impacto ambiental que genera la actividad turística, mejorando deficiencias en infraestructuras de captación y distribución de agua, optimizando y mejorando la generación de residuos derivados de la actividad humana, y dedicando recursos a la gestión del territorio como los espacios naturales y las especies que viven en ellos, así como la dedicación de recursos a crear una mayor consciencia de la importancia del medio ambiente para el ser humano.
Hay países que además de pagar este tipo de impuesto turístico por persona y pernoctación, se aplican impuestos para la visita de espacios naturales protegidos. Un ejemplo es Costa Rica, donde antes de salir debes justificar que has pagado la tasa, pero al visitar un espacio natural, pagas también para poder entrar, algo testimonial, 2-3 $. Personalmente, no vería mal la implantación de este tipo de impuestos en los ENP, siempre que fueran razonables, y los recursos económicos generados revirtieran en la conservación de estos espacios naturales protegidos. .
Relacionado con las preguntas anteriores. ¿Nunca te has sentido enemigo de todas esas empresas que realizan o financian proyectos que ponen en riesgo la ecología?
En mi opinión, yo lo hilaría con la pregunta anterior sobre los políticos. Entiendo que una empresa pueda tener unos intereses que sean los económicos y no tengan en cuenta el impacto ambiental que generan. Una vez más son el reflejo de la sociedad actual. Esto se debe a que no se les han inculcado valores de respeto y conservación del medio ambiente. Al final, si te fijas volvemos a la educación de la sociedad, en darle la importancia que tiene el medio ambiente para el ser humano. Es un tema cultural.
¿Cómo ves el futuro de la ciencia en España? Sobretodo, el campo de la ecología. ¿Crees que hay salida laboral en este país?
Muy negro, lo veo muy negro. Es un tema social como ya he dicho. Si queremos que el país evolucione, hay que hacer ver a la sociedad que la ciencia es útil. La investigación bien aplicada nos soluciona muchas cosas. La comunidad científica debe mostrar a la sociedad que la ciencia básica, la de generación de conocimiento es importante, independientemente que tenga una aplicación o no. Y por otra parte, la ciencia aplicada, es una consecuencia de la primera, que es la que la sociedad más reclama. Una sociedad avanzada y de futuro apuesta por la ciencia tanto a nivel público como privado. Y en España aún debemos avanzar más en este sentido. Hablamos mucho de Innovación y Desarrollo, pero lo cierto es que estamos formando a científicos para que se vayan a otros países porque nuestro tejido científico es pequeño y poco dotado. Y una vez más, esto sólo se arregla si la sociedad comprende de la necesidad y dependencia de la ciencia para el día a día. Nuestra sociedad actual necesita apostar por la educación y la ciencia, sino estamos condenados a depender de otros países.
¿Cómo reivindicarías tu campo ante los demás biólogos? ¿Cómo tratarías de convencer a los futuros biólogos de que deben estudiar ecología?
No los intentaría convencer, creo que no se debe adoctrinar a nadie. La persona debe descubrir por sí mismo lo que le gusta, y así seguir trabajando en ello. Lo importante es dar la formación lo mejor que se pueda, y el alumno decidirá por él mismo la línea que debe seguir. Y si este tema tiene que ver con la ecología, pues perfecto, no pasa nada. De poco sirve un mundo en el que todos los biólogos se especialicen en Ecología.
¿Algún mensaje o consejo para los futuros biólogos?
Paciencia, todo llega. En mi caso, he tardado unos quince años en tener una cierta estabilidad económica y familiar. Todo llega, si lo tienes claro. A todo estudiante de cualquier disciplina, no sólo biología, le debo decir que tenga muy claro hacia dónde quiere ir. Se pierde mucho tiempo cambiando de rumbo. Si no se tiene el camino a seguir claro, es mejor pararse, y reflexionar hacia dónde ir, no ser un cadáver andante o un pollo sin cabeza. Si se tiene clara la meta, cada avance que se haga se hará en la dirección adecuada.
Por último, ¿Qué opinas de esta nueva organización (AEBE) que se enfoca en ayudar a los estudiantes de Biología?
Me parece una buena iniciativa. Cuando agrupas gente con las mismas inquietudes o la misma finalidad, es cuando empiezan a surgir más ideas. El conocer a mucha gente del mismo campo de diferentes lugares, te abre las puertas para ver qué hacen en otras partes. En Sudamérica, mismamente, están demandando muchos biólogos de la parte ambiental, por ejemplo, nos tienen muy en cuenta a los españoles, por el tema del idioma, pero sobre todo por la formación que aquí recibimos. Creo que tener una entidad que aglutine a personas con los mismos intereses, no hace más que favorecer y facilitar el acceso a mucha más información, y facilite que las decisiones que uno tome sean más eficientes. Al final, es una manera de optimizar el tiempo que dedicas a construir tu futuro. Ahora bien no debemos caer en el error de sólo relacionarnos con gente de nuestro gremio, las aportaciones de otras disciplinas de conocimiento y otros sectores profesionales enriquecen, y mucho, las decisiones que uno puede tomar en la vida.
Entrevista realizada por Manel Jiménez con la colaboración de Valero Andreu.
Buenísimo el post. Saludos.